En los campos y bosques, es común encontrar orugas que deambulan entre la vegetación. Sin embargo, entre estas criaturas, hay una que causa confusión
y temor: la falsa procesionaria. A menudo se confunde con su pariente, la procesionaria, y se cree que también es venenosa. Pero, ¿Qué hay de verdad en esta creencia popular?
Las Orugas de los Prados
Las falsas procesionarias, también conocidas como orugas de los prados, son en realidad inofensivas. Estas criaturas peludas se alimentan de plantas y no tienen pelos urticantes como sus contrapartes venenosas. A pesar de su apariencia similar a la procesionaria, las falsas procesionarias no representan ningún peligro para los seres humanos ni para los animales.
La Procesionaria
Por otro lado, la procesionaria del pino es conocida por su peligroso veneno. Estas orugas poseen pelos urticantes que pueden causar reacciones alérgicas graves en humanos y mascotas. Su presencia puede representar un riesgo para la salud, especialmente durante su fase larval, cuando se congregan en grandes grupos y forman sus característicos nidos en los pinos.
Confusión y Creencia Popular
La confusión entre las falsas procesionarias y las procesionarias reales es comprensible debido a su similitud física. Muchas personas asumen que todas las orugas peludas son venenosas, lo que lleva a la creencia errónea de que las falsas procesionarias también representan un riesgo.
Aclarando el Malentendido
Es importante educar y crear conciencia sobre la diferencia entre estas dos especies de orugas. Mientras que las procesionarias son venenosas y deben evitarse, las falsas procesionarias son inofensivas y no requieren medidas de control o erradicación.