Desmitificando una bebida amarga y misteriosa
Cuando tomamos un refresco envasado, solemos asumir que es completamente seguro. Al fin y al cabo, si está a la venta en un supermercado, ¿por qué habría de hacernos daño? Esa confianza puede hacer que no le prestemos atención a los ingredientes que lo componen. Pero a veces, lo que parece inofensivo, puede tener un trasfondo curioso… y en algunos casos, preocupante.
Un caso interesante es el de la tónica, esa bebida amarga y burbujeante que muchos asocian al clásico gin-tonic, pero que también algunos beben sola por su capacidad para “ayudar a la digestión”. ¿Pero qué pensarías si te dijeran que puede afectar a tu audición?
¿Por qué un médico te podría recomendar evitar el gin-tonic?
Imagina esta situación: vas al médico, te hacen una revisión y te recomienda evitar el gin-tonic. Automáticamente, pensarás que el problema es el alcohol, ¿no? Pero no siempre es así. En algunos casos, lo que el médico te está sugiriendo que evites no es la ginebra… sino la tónica.
El ingrediente clave: la quinina
El motivo está en un ingrediente esencial de esta bebida: la quinina.
La quinina es un alcaloide natural, extraído originalmente de la corteza del árbol de la quina (Cinchona), nativo de Sudamérica. Durante siglos, fue el principal tratamiento contra la malaria, una enfermedad devastadora en regiones tropicales. A pesar de que hoy existen medicamentos más modernos, la quinina aún se usa en ciertos tratamientos médicos.
En las bebidas, como la tónica, se utiliza en dosis muy pequeñas (reguladas por entidades como la FDA en EE. UU., que permite un máximo de 83 partes por millón). Esta cantidad está muy por debajo de la dosis terapéutica, pero es suficiente para darle ese sabor amargo tan característico.
¿Qué efectos tiene la quinina en el cuerpo?
Aunque es segura en bajas cantidades, la quinina no está exenta de efectos secundarios. En dosis más elevadas, puede provocar:
- Náuseas y vómitos
- Problemas de visión
- Dolor de cabeza
- Arritmias cardíacas
- E incluso… pérdida de audición
Este conjunto de síntomas se conoce como cinchonismo, un efecto adverso relacionado con el consumo excesivo de quinina.
¿Puede causar sordera la tónica?
Aquí es donde nace el mito.
Aunque la cantidad de quinina en la tónica es muy baja y segura para la mayoría de personas, existe cierta evidencia de que, en personas sensibles o con problemas auditivos preexistentes, el consumo de quinina (incluso en pequeñas dosis) podría agravar sus síntomas. No se trata de que una tónica te deje sordo, pero en determinados casos, sí podría influir.
Por eso, algunos médicos recomiendan a pacientes con problemas de audición o tinnitus evitar el consumo de tónica o cualquier medicación con quinina.
¿Y entonces? ¿Mito o realidad?
La afirmación «la tónica produce sordera» es un exagerado mito con base real. No es cierto que una persona sana, bebiendo tónica ocasionalmente, vaya a perder audición. Pero sí es cierto que la quinina puede afectar al oído interno en personas vulnerables, especialmente si se consume en grandes cantidades o como tratamiento médico.
¿Sabías que…?
- La quinina salvó miles de vidas en las campañas coloniales europeas en África y Asia, donde la malaria era endémica.
- En el siglo XIX, los soldados británicos en la India mezclaban su dosis de quinina con ginebra y azúcar para que fuera más fácil de tomar. Así nació el gin-tonic.
- En algunos países, la quinina ha sido retirada como tratamiento estándar debido a sus efectos adversos, pero todavía se utiliza como último recurso en casos de malaria resistente.
Conclusión: beber con conocimiento
La tónica es una bebida con una historia fascinante, y un ingrediente que ha salvado vidas, pero también puede tener efectos secundarios en personas sensibles. Como siempre, la clave está en la moderación y la información.
¿Y tú qué opinas?
¿Habías escuchado antes este mito?
¿Consumes tónica con frecuencia?
¿Te ha recomendado alguna vez tu médico que la evites? ¡Déjanos tu experiencia en los comentarios y sigamos desmitificando juntos!
La quinina es toxica para el conducto auditivo interno. Tambien puede provocar vertigo.